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viernes, 12 de octubre de 2012

It's not all about the money



Maldita crisis. 
 Hasta ahora, debo reconocer que no la había notado en demasía. Vivir en un pueblecito pequeño costero difiere mucho de la gran ciudad, donde sólo con poner el pie fuera del portal ya estás gastando... Yo tengo mi huertecito, del que me siento muy orgullosa y puedo comerme mis propias lechugas, tomates, cebollas, nueces, ciruelas; es un auténtico placer llegar a casa una tarde de domingo con la cesta llena de vitaminas y antioxidantes propios jjej... Y eso me ahorro en la compra semanal. 
Y por qué digo esto? Este año me he hecho empresaria, y aunque sabía que no iba a ser nada fácil, tampoco pensaba que me hiciera apretarme tanto el cinturón...Ahora mismo estoy en modo ahorro, cualquier gasto superfluo puede significar un tsunami en la tarjeta :) Por eso, cuando abro el blog y paso rauda a visitar vuestras ventanitas no puedo sino sorprenderme de que la gente sigue comprando y gastando tooodos los días en cosméticos, ropa o bolsos. Sinceramente ¿necesitamos todo lo que compramos? Supongo que es cuestión de prioridades, de buena organización o simplemente de conjunciones astrales extrañas que hacen que mi dinerito desaparezca :)
 En fin, perdonad la digresión...hoy estoy así, pero todo pasa. Un besito!